Energía solar fotovoltaica
La energía solar fotovoltaica consiste en la conversión directa de la luz solar en energía eléctrica. Los rayos de sol inciden sobre las células fotovoltaicas que forman el panel solar y la energía solar se transforma en electricidad.
Las células fotovoltaicas del panel solar están construídas de materiales semiconductores como el germanio y el silicio. Estas sustancias cuando reciben los fotones de la luz producen una corriente de electrones (corriente eléctrica). A este efecto se le conoce con el nombre de efecto fotovoltaico.
Existen dos tipos de aplicaciones de la energía solar fotovoltaica:
- Instalaciones aisladas de la red eléctrica. Se utiliza en casas situadas en lugares alejados donde no llega la red eléctrica. Es la forma de suministrar electricidad a casas de campo, refugios montaña, instalaciones ganaderas, sistemas de comunicaciones, etc. Estas instalaciones están formadas por paneles solares para convertir la energía solar en electricidad y baterías para guardar la energía eléctrica producida.
- Instalaciones conectadas a la red eléctrica. Estos sistemas están pensados para producir electricidad y enviarla a la red eléctrica general. Las empresas eléctricas pagan por los kilovatios producidos por lo que la inversión económica realizada por el propietario puede recuperarse en un periodo de tiempo entre 7 y 10 años. Las instalaciones solares más grandes conectadas a la red eléctrica se llaman huertas o parques solares. Se sitúan en suelo rústico y sus paneles pueden ser fijos o de seguimiento solar. Estos últimos se mueven siguiendo el recorrido del sol para aumentar la generación de electricidad.