Emisiones de gases contaminantes

La combustión de carburantes (carbón y derivados del petróleo) para producir energía provoca la emisión de gases contaminantes como el dióxido de carbono (CO2). La presencia de estos gases en la atmósfera favorecen el efecto invernadero y por tanto el calentamiento global de la Tierra. El uso de energías renovables limpias como la energía solar, la eólica o la hidráulica no utilizan la combustión para producir energía y por este motivo son una excelente alternativa a las energías contaminantes.

El efecto invernadero es el fenómeno que se produce cuando los gases contaminantes de la atmósfera impiden que se escape al exterior la energía que emite la superficie terrestre al calentarse por el sol. La emisión de dióxido de carbono y metano producidos por la actividad humana producen una capa que retiene la radiación reflejada por la superficie terrestre produciendo a escala mundial un efecto similar al observado en un invernadero. La primera consecuencia del efecto invernadero es el calentamiento global del planeta y por tanto el cambio climático. 

En 1997 en la ciudad de Kioto (Japón) los países se reunieron para firmar un acuerdo internacional. El Protocolo de Kioto es una serie de medidas que pretenden reducir la emisión de 6 gases de efecto invernadero: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6). De esta forma se pretende evitar el calentamiento global y el cambio climático. Estados Unidos no ha firmado este acuerdo a pesar de ser el mayor productor de gases de efecto invernadero.